Análisis de Mandragora: Whispers of the Witch Tree – Una oscura y hermosa aventura que merece ser explorada

Mandragora: Whispers of the Witch Tree nos invita a sumergirnos en un mundo sombrío y fascinante, donde la fantasía oscura se mezcla con mecánicas de soulslike y metroidvania. En esta aventura, encarnamos a un inquisidor atrapado en una guerra contra fuerzas místicas que amenazan con corromper la realidad misma. Con un apartado artístico impresionante, un sistema de combate profundo y un mundo repleto de secretos, el juego logra ofrecer una experiencia desafiante y envolvente. A lo largo de este análisis te contaremos qué hace especial a Mandragora, sus mejores virtudes y también los pequeños tropiezos que encontramos en el camino.

En Mandragora: Whispers of the Witch Tree, encarnamos a un inquisidor atrapado en una guerra ancestral contra la Entropía, una fuerza mística que corrompe realidades. La narrativa, se aleja del hermetismo típico de los soulslike tradicionales: los diálogos doblados y las cinemáticas permiten comprender el conflicto central de manera clara, aunque algunos giros de la trama resultan previsibles.

Si bien las decisiones del jugador afectan a los diálogos y desbloquean áreas secundarias, no modifican el desenlace principal. Aun así, hay personajes que aportan una dosis de intriga que mantiene el interés. La historia funciona principalmente como un marco para la acción.

Apartado gráfico: Entre lo gótico y lo surrealista

El apartado visual de Mandragora combina un estilo 2.5D con fondos pintados al óleo y modelos 3D detallados, logrando una atmósfera que oscila entre lo gótico y lo surrealista. Los retratos animados de los personajes, con expresiones que recuerdan a Disco Elysium, y las cinemáticas estilo cómic, son de los puntos más destacados del juego.

Sin embargo, algunas zonas de exploración no tienen la misma inventiva visual que biomas únicos como el Santuario de Entropía, donde la distorsión de las leyes físicas genera escenarios realmente memorables.

Sonido: inmersión total en un mundo vivo

La banda sonora de Mandragora fusiona coros épicos con melodías melancólicas de piano, acompañando perfectamente los momentos más intensos, como los combates contra jefes. Los efectos de sonido son precisos y ricos en detalles: el crujir de armaduras, el chasquido de huesos y los gruñidos de las criaturas contribuyen a una inmersión total.

Un detalle especialmente destacado es la naturalidad de las conversaciones ambientales: desde un padre haciendo bromas a su hija, hasta bandidos discutiendo precios, el mundo se siente realmente vivo. Este nivel de atención en el diseño sonoro demuestra el cuidado artístico que permea toda la experiencia.

Jugabilidad: un híbrido entre soulslike y metroidvania

Mandragora: Whispers of the Witch Tree combina de forma sólida elementos de los soulslike y los metroidvania. El combate ofrece seis clases distintas, cada una con árboles de habilidades únicos: desde guerreros que empuñan martillos pesados hasta magos capaces de manipular tormentas y el flujo del tiempo. El sistema de «Maldiciones» introduce modificadores de dificultad que otorgan mejores recompensas, añadiendo un componente táctico interesante. La exploración se desarrolla en 75 áreas interconectadas, donde desbloquear habilidades como el gancho dimensional o el salto de sombras permite acceder a secretos y resolver puzzles de plataformas, especialmente en los portales a la dimensión de Entropía, donde la gravedad se invierte.

También cuenta con un sistema de crafteo que permite forjar armas con efectos elementales y mejorar el equipo mediante artesanos escondidos en el mapa. El movimiento resulta preciso, especialmente al esquivar o trepar salientes, mientras que las misiones secundarias, aunque simples, incentivan la exploración de manera efectiva. El combate es sólido, con variedad de clases y estilos de armas; aunque el extenso árbol de habilidades puede resultar abrumador al principio, ya que muchas mejoras iniciales no generan un impacto notable. Pese a la amplitud de su mundo, la estructura facilita que el jugador no se pierda demasiado, fomentando la curiosidad por descubrir cada rincón.

Dificultad: accesible pero exigente

Aunque Mandragora no alcanza el nivel de dificultad de un Dark Souls, sí exige paciencia y aprendizaje de patrones, especialmente en combates contra jefes. Los modos de dificultad disponibles permiten ajustar la experiencia: desde una aventura más accesible hasta el brutal modo Maldición, que limita curaciones y duplica el daño recibido.

La historia principal dura entre 30 y 40 horas, mientras que completar todos los secretos y experimentar con builds alternativas puede extender la partida hasta 50 o 60 horas.

Conclusión

Mandragora: Whispers of the Witch Tree es una agradable sorpresa que logra enamorar por su arte, su mundo detallado y su sistema de juego híbrido. Aunque su combate puede volverse algo repetitivo y el árbol de habilidades podría resultar abrumador, la experiencia general es altamente satisfactoria.

No encontré problemas técnicos durante la partida: el rendimiento fue excelente y el control del personaje se siente fluido y responsivo. La dificultad está bien balanceada, permitiendo un desafío creciente sin llegar a ser frustrante.

Si buscas un metroidvania con toques de soulslike, una ambientación hermosa y una jugabilidad profunda, Mandragora es un título que definitivamente merece una oportunidad.

Nota:8.5


Este análisis se realizó en Xbox Series S con un código suministrado por Primal Game Studio.

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